Un viaje. Van dos y vuelven tres. El coito vacacional.
Un viaje. Van tres y vuelven dos. Llevar a morir.
Por ejemplo:
Tres amigas de mediana edad emprenden un viaje al mar para que una de ellas, moribunda, lo vea por última vez. El mar de su infancia. Las tres se preguntan en la intimidad, especialmente la enferma, el sentido de aquello: Va a morir muy pronto, tal vez antes de llegar al destino, por qué entonces arrastrar su suerpo maltrecho tan lejos, para qué tanto esfuerzo. Por qué no sentarse a esperar... queda tan poco. Mas, dónde establecer el límite. Ya que todos vamos a morir, las tres amigas se encuentran en idéntica situación. ¿Es la inminencia del fin lo que resta sentido a todo acto y su lejanía o desconocimiento del momento de su aparición lo que se lo otorga; lo que justifica viajar, anhelar, desear, etc.? Esto se preguntan las tres sin hallar la respuesta, mientras se acercan al mar demasiado despacio y una de ellas se apaga demasiado deprisa.
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