Hablamos de un profesor universitario. Un hombre con cinc, hierro y magnesio en su composición corporal. Con un jersey de lana merina, zapatos nuevos y gestos de violinista. Un hombre versado en cultura clásica sin ser ésta su especialidad. De voz sedosa. De lecciones magistrales. De caligrafía irreprochable sobre el encerado. Un hombre que sabe más que nosotras. Los jueves a primera hora. A puerta cerrada. Una mañana entera juntos. Me saliva fuerte el coño.
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