Hablamos de hombres que miran a las mujeres a las tetas, de hombres demócratas, pero poco. De jóvenes recién ingresados en la hombría que quieren calzar chaquetas de pata de gallo y relojes de esferas excesivas; que sueñan con desabrochar sujetadores de alta lencería en áticos que dominan la ciudad. Hablamos de hombres que no te ayudarán cuando lo necesites. Ellos son los herederos de nuestra sociedad.
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