Vergüenza de ser así

Esta mañana ha sufrido en la biblioteca, cuando ha pasado a devolver los libros ya leídos y a tomar prestados otros nuevos, una experiencia traumática. En la forma —grotesca— de otro lector que curioseaba entre las estanterías: Padecía exactamente la misma constitución física que él.

Ha contemplado su reflejo demasiadas veces y ha sobrevivido a suficientes situaciones vergonzantes a costa de su cuerpo como para ignorar su siniestra realidad. Mas es de suponer que la propia percepción impide cobrar conciencia exacta del esperpento que uno constituye. Presenciarlo hoy encarnado en la alteridad, ver ese cuerpo enfermo que sólo despierta repulsa primero y compasión después, ha supuesto desembarcar en el plano de los hechos, un encuentro lúcido con eso que todos detestan, eso que representan este otro lector y él, esa paupérrima reputación.

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