A proposito de Lucía

Mi compañera de trabajo duchándose. Sus pechos, sus muslos, su vientre de treinta y tres años. Se trata de una ducha rutinaria, una ducha matutina, prelaboral, carente de molicie y de lujuria, except in the eye of the beholder. Mi compañera de trabajo, la más seria y profesional de la oficina, vestida siempre en riguroso tono verde grisáceo, camisa ceñida. Nuestra compañera, a la que tanto admiramos, que nos saca constantemente de todos los apuros, desnuda bajo la lluvia, las piernas enjabonadas, pasándose la cuchilla. No existe espectáculo más excitante que imaginar cómo perfila la línea del vello. Cómo matiza la sombra carbón. Mi compañera de trabajo, a quien deseamos todos, a las siete y media de la mañana, arreglándose el coño.

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