Miércoles, junio, vidas de mujeres
Mi compañera de oficina me explica que esta tarde regresa a casa su marido tras una ausencia de casi tres meses que ha pasado en su país natal. Me comenta que después del trabajo va al aeropuerto a recogerlo con el coche. No me dice, pero se intuye, que esta noche van a entregarse a una sesión de sexo extraordinaria. Van a hacerlo varias veces y mañana mi compañera vendrá al trabajo con dolor en el suelo pélvico. A mí me excitará bastante verla sentarse incómoda sobre la zona inflamada, porque con cada pequeña corrección de postura me estará informando de las acometidas de su esperado marido, de su vagina abrazando el fuste de la largamente ausente verga, de pechos excitados que tensan la camiseta y toda la jornada pensando sólo en la hora de salida para correr a casa a follar otra vez.
+
Ned Racine
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario