Retratos de mujeres meando

Por favor, enviadme fotos vuestras en cuclillas, con los pantalones a medio muslo o la minifalda remangada, el chorro expelido con potencia, salpicando la acera fría. El charco espumoso que desborda los márgenes del retrato. Y yo me ocupo de imaginar la sinfonía de ese fluir inmaculado entre los labios. Recuerdos de la insatisfacción de los sábados por la noche en la bocacalle oscura de la discoteca, entre dos coches aparcados, que ni las drogas ni la música conseguían paliar. Tan sólo ese instante mágico que todavía me acompaña, fisiológico e hidráulico, de la cerveza expulsada con intimidad y tu cuerpo agazapado en la postura más bella que se puede adoptar. La pintura que falta en las pinacotecas vetustas junto a los óleos de Venus.