Opiniones de clientes

Me dirijo suplicante a los fabricantes de papel higiénico: Doten a los paquetes grandes de un envoltorio no transparente. Comprendan que, por su tamaño, no caben en la bolsa de la compra y hay que portarlos desnudos, tomados por el asa que han diseñado para el producto. Se origina así la circustancia violenta de que los ususarios tenemos que caminar por la calle con el contenido a la vista del resto de viandantes. Los otros me ven portando este consumible consuetudinario y la cascada lógica que se desencadena en sus mentes es  muy lacerante: El individuo que camina frente a nosotros defeca. O si prefieren conocer la versión más prolija y consecuentemente más vergonzante: Fíjate, ha comprado papel higiénico; el contacto con la piel delicadísima del ano; ponzoña en el recto; esta persona se sienta sobre el inodoro, desencaja el rostro y cae en el más grotesco acto de purga. Yo todo esto lo leo en sus ojos mientras acelero el paso, abochornado, arrepintiéndome de todo. Apiádense de nosotros, fabricantes de papel higiénico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario