Fanzineros me cuentan sus ideas

Este fanzine lo traigo sólo para enseñar, no se vende. Lo hizo mi mujer para mi cumpleaños. Embadurnó el cristal de la fotocopiadora con mermelada y, cuando vino raudo nuestro gato a lamerlo, lo fotocopió. En sus páginas se puede ver la lengua y las huellas que los lametones dejan sobre la superficie. Ahora, cada vez que vamos a fotocopiar algo, el gato viene y se sube esperanzado.

Es una pena que no se venda. Pagaría gruesos fajos de billetes por él.

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