Diaclasas

Saber que tu marido te miente. Mentir a tu marido. Más de una vez. Demasiadas. Ya te has olvidado de cuando tras la última clase del día, caminabais juntos desde la facultad hasta la parada del autobús, el orgullo que te producía que os vieran juntos, que pensaran que erais novios. Entonces erais sinceros. Demasiado. El tiempo todo lo destruye. Vuestros cuerpos, la confianza, el interés. La frustración de saberse mentido pero no atreverse a acusar. La frustración de mentir, sabiendo lo que duele y que con cada paso os adentráis más en la senda sin retorno. Es posible soportar una cierta distancia, pero esto ya es lejanía y pronto emergerá el horizonte entre ambos. Todo empezó hace mucho, pro agotamiento, con una mentira.

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